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El Mester de Juglaría. El Cid Campeador.




[El Cid, que servía al rey Alfonso VI, fue atacado por el conde García Ordóñez, un gran amigo del rey. El Cid no pudo dejar sin vengarse el ataque y venció al conde, insultando su honor: le mesó la barba (le arrancó pelos de la barba). García Ordóñez se puso furioso y le habló mal del Cid al rey. El rey desterró al Cid. El poema comienza en el momento de salir de Burgos.]
1  
Con sus ojos muy grandemente llorando
tornaba la cabeza y estábalos mirando:
vio las puertas abiertas, los postigos sin candado,
las perchas vacías sin pieles y sin mantos
y sin halcones y sin azores mudados.
Suspiró mío Cid triste y apesadumbrado.
Habló mío Cid y dijo resignado:
"¡Loor a ti, señor Padre, que estás en lo alto!
Esto me han urdido mis enemigos malos".
2
Ya cabalgan aprisa, ya aflojan las riendas.
Al salir de Vivar, tuvieron la corneja diestra,
y entrando en Burgos, tuviéronla siniestra.
El Cid se encogió de hombros y meneó la cabeza:
"¡Albricias, Álvar Fáñez, que si ahora nos destierran
con muy gran honra tornaremos a Castiella!"
3
 
Mío Cid Ruy Díaz por Burgos entróve,
van en su compañía sesenta pendones;
salen a verlo mujeres y varones,
burgueses y burguesas a las ventanas se ponen,
llorando de los ojos, ¡tan grande era su dolor!
De las sus bocas todos decían una razón
"¡Dios, qué buen vasallo, si tuviese buen señor!"
4
Le hospedarían con gusto, pero ninguno osaba:
que el rey don Alfonso le tenía gran saña.
Antes de la noche en Burgos entró su carta
con gran mandamiento y fuertemente sellada
que a mío Cid Ruy Díaz que nadie le diese posada
y aquellos que se la diesen supiesen vera palabra
que perderían sus bienes y además los ojos de la cara,
y aun además los cuerpos y las almas.
Grande duelo tenían las gentes cristianas;
se esconden de mío Cid, que no osan decirle nada.
El Campeador se dirigió a su posada;
cuando llegó a la puerta, la halló bien cerrada,
por miedo del rey Alfonso, así ellos acordaran:
que a menos que la rompiese, no se la abrirían por nada.
Los de mío Cid a altas voces llaman,
 
los de dentro no les querían responder palabra.
Aguijó mío Cid, a la puerta se llegaba,
sacó el pie del estribo, un fuerte golpe daba;
no se abre la puerta, que estaba bien cerrada.
Una niña de nueve años a mío Cid se acercaba:
"Ya Campeador, en buen hora ceñiste espada
"El rey lo ha vedado, anoche entró su carta,
"con gran mandamiento y fuertemente sellada.
"No os osaríamos abrir ni acoger por nada;
"si no, perderíamos los bienes y las casas,
"y aún además los ojos de las caras.
"Cid, en nuestro mal vos no ganáis nada;
mas el Criador os guarde con todas sus virtudes santas".
Esto la niña dijo y tornó para su casa.
Ya lo ve el Cid que del rey no esperaba gracia.
Partióse de la puerta, por Burgos aguijaba,
llegó a Santa María, luego descabalga;
hincó las rodillas, de corazón rogaba.
La oración hecha, luego cabalgaba;
salió por la puerta, el río Arlanzón pasaba.
Junto a la villa de Burgos en la glera acampaba,
mandó plantar las tiendas, después descabalgaba.
Mío Cid Ruy Díaz, el que en buen hora ciñó espada,
acampó en la glera que nadie le abre su casa;
están junto a él los fieles que le acompañan.
 
Así acampó mío Cid como si fuese en montaña.
"Castilla", de Manuel Machado,
(una versión modernizada del episodio 4º del Cantar),
recitados por Manuel Dicenta.



El Mester de Juglaría. Teoría y actividades
Breve introducción teórica al Mester de Juglaría, con actividades para realizar tras la lectura de algunos fragmentos del Poema de Mío Cid. Primer curso de la ESO.
http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/juglar.htm

Para saber más sobre el feudalismo:
http://averroes.ced.junta-andalucia.es/nsdelapaz/webquests/siervosyvasallos/proceso.html

Para terminar,
os invito a escuchar esta canción sobre El Cid. Lleva por título "Legendario"
y la canta un grupo de músicos españoles llamados "Tierra Santa".
Puedes escuchar sus canciones en Youtube.

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